Hoy hemos estado construyendo unas sencillas coronas para la fiesta del Otoño que vamos a celebrar el próximo jueves. Es increíble como una actividad tan sencilla puede dar lugar a aprendizajes matemáticos tan importantes (las magnitudes continuas: longitud). El diálogo que ha surgido entre el alumnado ha sido muy curioso. Antes de hacer las coronas yo les he explicado que necesitábamos una tira de cartulina para ponerla alrededor de la cabeza en forma de corona, a la que luego le pegaríamos unas hojas de otoño para decorarla. A la pregunta de ¿cómo tiene que ser de larga la tira para la corona? Las respuestas han sido muchas y muy constructivas:
- muy larga,
- no, tienes que cortarle un trozo,
- la mía tiene que ser más larga porque tengo la cabeza muy grande,...
Entonces hemos empezado a pensar cómo solucionar "el problema". Alguno decía que necesitábamos un metro, pero en clase no tenemos. Entonces han dicho que con una regla. Hemos probado pero la regla "es de plástico y no se dobla", no nos permite medir el contorno de la cabeza a nadie. Entonces alguien ha dicho "podemos usar una cuerda" y yo he sacado un trozo de lana. Entre todos hemos visto qué teníamos que medir primero (la cabeza) y luego conseguir esa misma medida en la tira.
Ha sido muy constructivo, una manera totalmente funcional de iniciarse en la construcción de una magnitud como la longitud, utilizando una unidad de medida "no convencional". Esto sólo es el principio, sus cabezas están en pleno funcionamiento.
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