Por motivos personales, que no vienen al caso, he tenido que poner este blog en "standbye", pero después de unos cuantos meses, creo que ha llegado el momento de retomarlo "despacito", como dice la canción.
En esta ocasión, quiero compartir con vosotros el final de un proyecto, es decir, mostrar el trabajo al revés, empezando por el final de un pequeño proyecto de investigación que hemos realizado en estas últimas 6 semanas de curso. Aquí lo tenéis, un video de concienciación sobre las caracolas de nuestro patio, un tema que nos preocupaba mucho y que nos llevó a emprendernos en una nueva tarea en clase. Aquí lo tenéis:
Pero el camino ha sido largo. Todo comenzó como comienzan muchos de los proyectos en nuestra clase: con la observación del alumnado, sus juegos, sus conversaciones. En esta ocasión fue en el patio. Con la llegada de la primavera los bichitos inundaban nuestra zona de recreo. En ella hay un jardín, que a pesar de estar en alto, es un lugar idílico para el alumnado. Les encanta alzarse en el muro y observar todo aquello que se mueve en él. El interés por las caracolas lo mostraron muchos de los niños y niñas de la clase. Les gustaba cogerlas del jardín y bajarlas al suelo, observar como se escondían al tocarlas, su lento caminar, les daban hojas para comer... Entonces ocurrió una cosa muy común en los patios de muchos colegios: alguien mató las caracolas que con tanto cariño cuidaban un grupo bastante extenso y ahí surgió todo, se encendió nuestro dispositivo y decidimos hacer algo para que aquello dejase de pasar.
Tras este primer momento de motivación y diálogos espontáneos que dejaban entrever sus ideas previas nos sentamos en asamblea a recoger por escrito todo lo que sabíamos y queríamos hacer.
Lo primero fue recoger todo aquello que sabemos, independientemente de si es acertado o no. No es el momento de validar ideas, sino de recogerlas, la validación llega después, en las revisiones continuas de este mapa conceptual inicial conforme vamos avanzando en el desarrollo del proyecto.
Una vez que exponemos todo lo que sabemos sobre el tema es el momento de decidir qué vamos a hacer y a continuación qué necesitamos para ello. En este caso los productos finales fueron propuestos directamente por el alumnado, ya llevamos todo el curso trabajando con esta metodología y tienen ejemplos anteriores. Proponen escribir un libro con todo lo que aprendamos de las caracolas, para comprobar si son importantes o no, si hay que matarlas o dejarlas vivir. Además quieren contárselo a todo el mundo una vez lo averigüemos, para que todo el mundo actúe en consecuencia. Para ello me proponen un póster y colocarlo en el hall de la entrada a la vista de todo el mundo.
A partir de aquí ya estamos listos para empezar a trabajar. Necesitamos investigar muchas cosas sobre las caracolas que hay en el patio para poder valorar si son importantes o no y contárselo a los demás. Como habréis observado, en un primer momento ellos se plantean hacer un póster, sin embargo, cuando comenzamos a validar esta opción comprobamos en la asamblea que un póster puede pasar desapercibido entre tantas cosas como hay en nuestros corchos del hall. Piensan que si lo hacemos muy grande no ocurrirá eso, pero yo les propongo otra opción: grabar un video explicando todo lo que aprendamos. Un video parece una buena opción, es fácil de grabar con el movil de la seño o el tablet y después todo el mundo lo puede ver en la PDI de su clase, desde infantil a primaria. Así que, cambiamos el póster inicial por un video de concienciación.
Nos ponemos manos a la obra y empezamos a buscar fuentes de información. En esta ocasión no pedimos directamente ayuda a nuestras familias para que aporten materiales si no que hacemos un barrido en la biblioteca de nuestra aula y después en la biblioteca del colegio para ver si hay algún libro que pueda servirnos. Es increíble como ponen en juego todas las estrategias de lectura que poseen, pues sólamente dos niñas están en la etapa alfabética y son capaces de leer decodificando las letras. Sin embargo, nadie duda a la hora de buscar, descartando todos aquellos libros que no sean de animales, o cuentos, pues saben que los cuentos nos ofrecen disfrute y diversión con sus historias, pero no conocimientos tal cual.
Después de varios días, resulta que no tenemos libros sobre caracolas en la clase, pero el maestro Paco, responsable de la biblioteca de nuestro centro, nos ayuda a buscar en ella y encontramos dos libros que traen información sobre las caracolas. Aún así, no es suficiente y decidimos buscar en casa con ayuda de nuestras familias información concreta, haciendo un reparto de interrogantes entre todo el alumnado para después contárnoslo en clase. En otras ocasiones buscamos en clase, con los ultraportátiles, pero dado el poco tiempo que tenemos para finalizar el curso les propongo que lo hagan en casa, será mas rápido.
Entonces preparo un cuadrante y cada cual se apunta en el interrogante que quiere resolver en su casa y, por supuesto, escribimos entre todos la nota para informar a nuestras familias de lo que tenemos que buscar y que a nadie se le olvide, porque "lo que no se escribe se olvida".
La escritura de la nota la hacemos de forma colectiva, ellos me dicen lo que yo tengo que escribir en el ordenador, y dejamos un hueco para que cada persona escriba lo que tiene que buscar, pues hay seis interrogantes a resolver. Después, se imprimen las copias y cada uno escribe su nota para la familia y la firma.
A partir de aquí van llegando informaciones a nuestra clase, que nos permiten, ahora sí, ir validando las ideas previas que teníamos. Tachamos las que no eran correctas, haciendo hincapié en que estábamos equivocados, creíamos algo y ha resultado que no era así. De este modo van siendo conscientes de la necesidad de comprobar en otras fuentes de información lo que sabemos, pues todo el mundo se puede equivocar. Puede parecer una tontería pero no lo es, es muy importante aceptar los errores como fuente de aprendizaje, y ser consciente de que nadie lo sabe todo.
Durante varias semanas trabajamos las exposiciones orales, utilizando la rúbrica para autoevaluarnos y coevaluarnos. Antes de cada exposición oral recordamos los items de la rúbrica de la expresión oral: habla, volumen, postura y contenido. Después de la exposición la persona se autoevalúa y también lo coevalúan los demás. Este instrumento nos permite que la evaluación sea realmente justa y formativa. Aqui podéis ver un vídeo de estos momentos, aunque es del proyecto anterior.
Una vez que hemos resuelto todos los interrogantes que necesitábamos ya estábamos listos para escribir nuestro libro de las caracolas. Dada la falta de tiempo decidimos escribir un único libro colectivo para que forme parte de la biblioteca de nuestra clase y podamos llevarlo a casa cuando queramos enseñárselo a nuestros familiares. Este libro lo escribimos por parejas o tríos, y lo hacemos en el rincón de la seño por si necesitamos su ayuda. Además el trabajo por parejas es un paso previo necesario para el trabajo en equipo, junto con las actividades de cohesión de grupo. Las parejas en este caso han sido heterogéneos, es decir, estaban formadas por alumnado situado en diferentes etapas de su proceso lectoescritor. Dentro de algunas páginas inserto códigos qr que nos enlazan con los diferentes videos que han traído los niños y niñas a clase apuntados desde su casa, como ayuda a sus explicaciones. No hemos usados aún los códigos qr, con lo cual son toda una sorpresa y una gran motivación escanearnos con el tablet o el móvil y comprobar que sale el video que trajo alguien a clase.
Y después de todo esto, por fín grabamos nuestro video, explicando lo que hemos aprendido al resto de nuestra comunidad educativa, porque si algo nos ha quedado claro es que las caracolas son muy importantes dentro de la cadena trófica y no debemos de matarlas. Para grabarlo las mismas parejas o tríos que han escrito en el libro preparan un pequeño guión oral de lo que van a contar. Una vez que lo han pensado hacemos una prueba con la seño, que nos orienta en las correcciones necesarias, en el reparto de lo que va a decir cada uno para que hable todo el mundo (aunque algunos no han querido hacerlo, jjj). Ahora sólo nos queda mostrárlo y ver qué conseguimos con él. ¿Respetarán a las caracolas y demás bichos todos los niños y niñas de nuestro colegio? No estamos seguros pero al menos nosotros lo habremos intentado.