NUESTRA COLECCIÓN DE DINOSAURIOS

Desde que empezamos el tema de los dinosaurios, raro es el día que no llega alguien con algún muñeco de dinosaurio. Tenemos de todas las clases, tamaños, colores, herbívoros, carnívoros, que andan, que nadan, que vuelan (aunque hemos leido que los dinosaurios no volaban, se trata de reptiles voladores). 

A medida que llegaban más muñecos tuvimos varios "problemas". Había que hacer algo para que no olvidáramos de quién era cada uno. No hubo duda: había que poner el nombre, pues algunos no lo traían. Además la seño hizo una lista apuntando dinosaurios y dueños, para mayor seguridad (y aún así, ya veremos si al final esta claro, jejeje). 

Un segundo problema era conseguir que no se pierda o desaparezca ninguno. Aquí la cosa estaba más difícil, hasta que (con la ayuda de la seño) alguien dijo que deberíamos de contarlos y apuntarlos, para saber los que hay. Y eso hicimos. Los pusieron en una fila y los contaron. La primera vez había 12. Buscamos el número en la tira de números que tenemos en la pizarra (del 1 al 20) y cogimos el 12 y lo pusimos en el cartel correspondiente.

Pero al día siguiente llegaron más dinosaurios a la clase, con lo cual, había que revisar de nuevo la cantidad que teníamos porque "el 1 con el 2 ya no vale, seño" me dijo alguno. Así que, volvimos a colocarnos en fila y casi no nos cabían en nuestro corcho. 

Contamos entre todos y comprobamos que teníamos 23.¡El 23 es mi número!, dijo Fran enseguida, y fué corriendo a señalarlo en el tren de la clase. Ya sabíamos el número que teníamos que poner, pero cuando fuimos a buscarlo a la tira de los números de la pizarra, contando nos dimos cuenta de que el 23 no estaba, solo tenemos hasta el 20. El problema se resolvió enseguida, porque Celia cogió sin dudarlo el 2 y el 3 y dijo: "Con el 2 y el 3 hacemos ese número", y lo colocó en el cartel donde antes estaba el 12. Pero lo colocó al revés, de manera que se leía 32 y Fran, que tenía claro cómo es su número de lista, le dijo que no era así, que había que darle la vuelta y lo puso bien. Problemas resueltos. No sabéis lo feliz que se siente una cuando se da cuenta de que los alumn@s son capaces de pensar y solucionar los problemas cotidianos que nos surgen en la clase, y que dan pie a gran cantidad de conocimientos matemáticos y lectoescritores. 

 Después, hemos jugado con los dinosaurios a clasificarlos de diferentes  maneras: que andan a 2 o 4 patas, muñecos grandes o pequeños, por colores, los que vuelan... Esto se llama matemáticas funcionales y significativas, jejeje.